Soñando con mi almohada

Estábamos sentados en algún sitio
rodeados de naturaleza,
con las mariposas que volaban libremente
y el sol que brillaba en el celeste cielo.
Abrazados,
con nuestros corazones que latían por amor,
y dos sonrisas que estaban enredadas una a otra
como si fuera una gran trenza de sentimientos.
Sonrisas que delataban una inmensa felicidad,
que ninguno de los dos había experimentado.
Entre beso y beso, aparecía una de ellas,
como pidiéndole permiso al momento.
Ella se paró, y se acerco a mi oído
susurrándome lentamente,
nunca me dejes.
Me abrazó,
y por su mejilla corría una lagrima,
una lagrima del corazón,
llena de alegría y emoción,
por el momento que vivía
y por la felicidad que sentía.

Esas cosas,
que ahora despierto me imagino,
pero solo en sueños se vuelve real.